¿Estás Vacilando? o ¿Es en serio?

Al usar la palabra Vacilar, a veces se aplica, a echar relajo o estar jugueteando inocentemente; sin embargo es sentido profundo de esta palabra es el de ‘menearse de un lado a otro’ es algo así como el balanceo de una persona coja con su bastón, de hecho tiene la misma raíz etimológica.

 Y si observamos podremos decidir si nos la estamos tomando en serio, o se a convertido solo en ‘vacilar’; si nuestra vida nos hemos atrevido a pronunciarnos por algo, a luchar por algo o alguien, si hay ideales y se pelea por alcanzarlos, sueños que se quieren convertir en realidad y que de forma determinada se enfocan todas las propias energías para llegar a conseguirlos; o bien, solo estoy vacilando entre las diferentes opciones que se me abren en la vida.

A lo largo de mi vida y del servicio que presto he visto con gran tristeza, montones de gente increíblemente soñadora, pero que es incapaz de enfocarse, que dicen que pueden conseguir una gran cantidad de cosas (y creo que seguramente podrían) pero al ver tantas, simplemente se ‘Deciden’ por ninguna y así terminan convirtiéndose en espectadores de sus ilusiones y perdedores de la verdadera vida. Estoy convencido de que cuando una persona se propone algo se focaliza, es capaz de llegar a cimas que tal vez ni alcanzó a soñar. Puedo conseguirlo todo tal vez, pero no al mismo tiempo.

Para una vida rica, plena, espléndida e incluso bendecida se debe concretar, dejar de vacilar y clavar bien fijo la mirada objetivo por objetivo. El apóstol Santiago nos dice: «…el que vacila se parece a las olas del mar que están a merced del viento. Esa gente no puede esperar nada del Señor, son personas divididas y toda su existencia será inestable». St 1, 6-8

Así que aunque no existe ninguna garantía de las decisiones que tomamos, siempre debemos de tomarlas y dejar de vacilar, pues es más fácil errar y enmendar el camino, que quedarte a merced de la nada.

Un abrazo a ti amigo!